Varias familias con niños ocuparán desde hoy las habitaciones que quedan vacías en el albergue municipal cedido por el Ayuntamiento al inicio de la guerra. Algunos de los primeros refugiados ya hacen vida independiente en El Burgo de Osma.

El Burgo de Osma recibió el martes pasado un nuevo contingente de refugiados ucranianos, 23 personas llegarán esta tarde hasta el albergue municipal cedido por el Ayuntamiento al inicio de la invasión rusa. Se trata de un grupo integrado por varias familias con bastantes niños desde un año hasta la educación secundaria. Los refugiados vienen desde Barcelona y se sumarán a sus compatriotas que ya llevan meses instalados en el centro de la zona de La Dehesa de Osma.

 Respondiendo de forma inmediata a la crisis desatada por la guerra en Ucrania, el Ayuntamiento de El Burgo de Osma-Ciudad de Osma, paralizó la licitación del albergue municipal para ponerlo a disposición de las necesidades de los refugiados. Eran los albores del mes de marzo y a finales de mayo llegaron los primeros ucranianos de la mano de Cruz Roja que es quien gestiona desde entonces las instalaciones.

 Durante estos meses, lo niños ucranianos han acudido a los centros educativos locales y participado en algunos programas lúdicos del verano. Algunos adultos han encontrado trabajo e incluso ya residen de forma independiente en viviendas de la localidad.

 Las 23 personas que hoy llegan se acomodarán en las habitaciones libres que han quedado durante este tiempo bien sea porque sus habitantes ya viven por su cuenta en el pueblo o porque se han trasladado a otros lugares. El albergue burgense tiene doce habitaciones en la planta superior, cada una con dos literas más dos camas supletorias. En la planta baja tiene una amplia cocina, comedor, sala de estar y una habitación más. Cuenta con un amplio patio en el que puede verse jugar a los niños y desarrollarse los quehaceres normales de una casa familiar.

 Al igual que ha hecho desde el inicio de la contienda, el Ayuntamiento permanecerá atento a las necesidades que puedan surgir entre los refugiados y que esté en su mano solventar.